Álvaro Beltrán, especialista en Alianzas Innovadoras para los ODS - PNUD, expuso esta tarde sobre participación de los jóvenes y su rol transformador, especialmente en la coyuntura de la COVID-19, en el 10mo Diálogo virtual CIES: Perú Sostenible, coorganizado con PNUD Perú. También participaron del diálogo Sandra Salcedo, directora de Comunicación Estratégica y Movilización Ciudadana del Proyecto Bicentenario de la PCM; Lorena Alcázar, investigadora principal de GRADE; y María Hinostroza, jefa del Área de Planeamiento de la Asociación UNACEM y Alianza por los Jóvenes.
"La juventud de la nueva normalidad"
Bajo este título, Beltrán reconoció que los jóvenes cumplen un rol transformador en momentos de crisis como la actual, a pesar de las limitaciones estructurales y económicas que atraviesan. A modo de introducción, expuso que cerca del 25% de la población peruana tiene entre 15 y 29 años, constituyendo un tercio de la fuerza laboral nacional: "es decir, no solo son 'románticamente' actores de desarrollo, sino que son verdaderamente agentes de desarrollo".
Sin embargo, atraviesan privaciones de manera particular. Reveló que:
• El desempleo juvenil es casi 4 veces mayor que el de las personas adultas,
• el porcentaje de jóvenes en empleos inadecuados es de más del 60%,
• y 1 de cada 10 mujeres o niñas tiene su primer embarazo antes de los 19 años.
Encuesta regional del PNUD
Beltrán presentó una reciente encuesta sobre las experiencias de las juventudes latinoamericanas frente a la COVID-19 realizada por el Grupo de las Naciones Unidas para el Desarrollo Sostenible y el Equipo Interagencial sobre Juventud para América Latina y el Caribe. "Desde Naciones Unidas, a nivel regional impulsamos una encuesta con cerca de 7 700 jóvenes para conocer sus experiencias con respecto a la pandemia. Dos de las áreas en las que más preocupaciones encontramos son el empleo y la educación". Declaró que 1 de cada 3 jóvenes declara que su situación laboral ha empeorado. Citó, además, cifras recientes de la OIT que exponen que 1 de 4 jóvenes en la región se encuentra buscando empleo. En el ámbito de la educación, expuso que 1 de cada 5 jóvenes reporta preocupación por su futuro educativo y complementó con que, en el Perú, 17 5000 han abandonado sus estudios superiores, según datos del Minedu.
Asimismo, presentó cifras sobre el uso del tiempo, donde para muchas personas, particularmente mujeres jóvenes y aquellos en el tramo etario de 20 a 24 años, ha aumentado la carga de trabajo doméstico y de cuidados no remunerados. Sucede lo mismo con la violencia basada en género, la cual ha aumentado durante la pandemia siendo uno de los grupos más afectados las mujeres y las juventudes parte de la diversidad sexual. Así, 70% de las personas LGBTI+ y no binarias revelaron afectaciones de esta índole durante la pandemia.
Voluntarios del Bicentenario
A su turno, Salcedo comentó que desde el Proyecto Especial Bicentenario de la PCM se tiene una línea de trabajo especial con los jóvenes, dentro del denominado “Programa de Valores”, así como en el programa de voluntariado “Voluntarios del Bicentenario”. “Al concebir el programa del Bicentenario, se pensó como imprescindible […] contar con ese recurso humano para hacer realidad ese país que imaginamos, y es ese el objetivo del voluntariado, contar con quizá el cuerpo civil más importante del país involucrado con las grandes transformaciones”.
Ante la pandemia, los Voluntarios del Bicentenario se han convertido en un apoyo fundamental para apoyar algunas iniciativas concretas del Gobierno. Por ejemplo, participaron en el monitoreo telefónico a personas adultas mayores y con discapacidad, donde se casi 7 000 voluntarios se contactaron con miles de beneficiarios(as) para identificar su estado ante la crisis sanitaria, enfermedades previas, situación familiar, entre otros. Salcedo rescató “la disposición de los jóvenes a romper la inercia”.
“Se debe proteger a los jóvenes para que las brechas no se amplíen”
Alcázar relevó que la juventud es una etapa de transición: los(as) jóvenes se ven afectados(as) por sus trayectorias familiares desde la niñez, pero a la vez las afectaciones que sufran en la actualidad determinarán su transición hacia la adultez. “Un choque de deserción en la educación va a ser un determinante importante de que en el futuro tengan probabilidades más altas de tener un trabajo precario”, declaró la especialista. Además, postuló que han sido en proporción más duramente afectados por la pandemia en cuanto a empleo y educación: “tenemos muchísimos más jóvenes en situación de desempleo y más NiNis: que ni estudian ni trabajan”, enfatizando que son las mujeres las más afectadas porque son las que tienen más altas tasas de trabajo precario y las que se dedican a las tareas de cuidado, además que 2 de cada 3 NiNis son mujeres. Otros grupos de jóvenes especialmente vulnerables son los que tienen menor nivel educativo, los más pobres, los indígenas, lo que tienen alguna discapacidad, etc.
Articulando esfuerzos
Finalmente, Hinostroza subrayó la deserción educativa juvenil, la alta tasa de informalidad, desempleo, etc., por lo que instó a articular esfuerzos entre instituciones para reducir las vulnerabilidades de este grupo etario. Comunicó que desde la Asociación UNACEM se creó hace 2 años la iniciativa Red de Alianza por los Jóvenes, “donde más de 25 organizaciones cooperan en temas de juventudes”. Entre los miembros de dicha plataforma se encuentra el PNUD, CIES, organizaciones juveniles como AIESEC, Red Interquorum, y otros actores como la Municipalidad de Lima y más. “Lo que queremos es acercar oportunidades a los jóvenes para que se sigan formando y haciendo incidencia en mayores niveles”.