Dante Carhuavilca, jefe del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), expuso esta mañana los principales resultados de la medición de pobreza monetaria 2020 en la 14ta edición de los Diálogos CIES "Perú Sostenible", evento coorganizado por el Consorcio de Investigación Económica y Social (CIES), el INEI y la Mesa de Concertación de Lucha contra la Pobreza (MCLCP).
La pobreza aumentó, pero de manera desigual

Carhuavilca comentó que la pobreza es medida todos los años mediante la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO), es nacional, urbana y rural que permite conocer resultados a nivel nacional, por área, dominio y departamento. La recolección de información fue un 50.9% presencial, y un 40,1% telefónica. Dentro de los principales resultados, el jefe del INEI explicó que el gasto promedio por habitante disminuyó un 16% del 2019 al 2020 luego de una tendencia ascendente durante los últimos 10 años. Similar panorama presenta el ingreso por habitante, que disminuyó un 20,8%, lo cual "indudablemente va a impactar en el consumo, en la pobreza y en las condiciones básicas del hogar".

Asimismo, declaró que "hoy, 30,1% de personas no cubren los costos de una canasta básica alimentaria. Hay un aumento de pobres en 3 millones 330mil el último año [...]. La pobreza no ha golpeado igual a todos, ha habido un comportamiento desigual. En el 2020, la pobreza rural ha tenido 5 años de retroceso. En caso de Lima Metropolitana hemos retrocedido 13 años. En el área urbana, el retroceso fue de 12 años". Cabe resaltar que la Línea de Pobreza refiere al costo de una canasta básica, y para el 2020 asciende a S/ 360 mensuales por habitante: la persona cuyo gasto mensual sea menor a S/ 360 es considerada pobre, mientras las que tengan un gasto de menos de S/ 191 son consideradas pobres extremos.

Por otra parte, Javier Herrera, director de Investigación del Instituto de Investigación para el Desarrollo IRD, enfatizó en la necesidad de repensar la vulnerabilidad. ¿Mejoraron las condiciones de vida de los hogares pobres? Herrera consideró que no, pues "estamos teniendo una lectura estática de la situación de pobreza. Debemos examinar las trayectorias de los hogares en el tiempo". Además, "ha habido una parte de la población que no era pobre, pero que sí era vulnerable, que ha caído en una situación de pobreza". Herrera comentó que la pobreza urbana es la que se ha hecho más profunda: "Poder cerrar la brecha mediante mayores ingresos por trabajo requiere que los miembros del hogar que trabajan, más que dupliquen el tiempo dedicado al trabajo. Para los hogares urbanos esa proporción pasó en 2019 de 58% horas suplementarias de trabajo a, en 2020, la necesidad de una jornada laboral de 93% más extendida":

A su turno, Federico Arnillas, presidente de la MCLCP, expresó que este es un quinquenio que empezó con el Fenómeno del Niño Costero que tuvo un impacto en las condiciones de vida y pobreza de la costa norte. Ahora, el COVID también impacta esas variables, pero de otra manera: el primero destruye activos físicos que afectan la producción y el desarrollo de actividades económicas, mientras que el segundo inhabilita a las personas de aprovechar esos activos por el confinamiento. Subrayó también que ha sido el sector urbano el que experimenta la caída más pronunciada en ingreso y consumo, ya que en el sector rural sí se ha podido mantener la actividad económica. ¿Qué política pública debería priorizarse? Arnillas consideró que el esquema de bonos no ha llegado a todos los que debería llegar; sin embargo, no es solo un tema económico, requiere contemplar otras agendas como la de Salud. Relevó también que se debe priorizar a niños, niñas y adolescentes, y adultos mayores, quienes tienen una vulnerabilidad especial.

Finalmente, Norma Correa, investigadora de la PUCP y autora del documento de política Política social y lucha contra la pobreza del proyecto Perú Debate 2021, expresó que las cifras arrojadas por el estudio del INEI representan un desafío, pero que "el Perú tiene la oportunidad de relanzar su agenda de lucha contra la pobreza en función de los retos que venimos arrastrando, pero también los desafíos de la pandemia: debemos evitar que estos choques temporales de la pandemia debemos evitar sean permanentes". Consideró que la reducción de la pobreza en años previos se debió al crecimiento económico dado por la inversión pública, la inversión privada y creación del empleo, así como los programas de transferencias monetarias. Sin embargo, dada la coyuntura, temas como el hambre vuelven a la palestra y que hay un problema de sustento diario que hay que responder. En el área urbana hay que priorizar la formación para el empleo y reforzar la empleabilidad”.

Vea la grabación del evento aquí: https://web.facebook.com/CIES.Lima.Peru/videos/4413748441969835

Nota de prensa del INEI sobre el estudio: https://bit.ly/3w2fnvl